Ha llegado el Adviento como pórtico de esperanza para preparar la Navidad. Un Adviento en tiempo de crisis. La crisis actual es global. Afecta no sólo a la economía sino también al aire que respiramos y a la tierra que habitamos, a la cultura y a los valores, a las religiones y a la misma fe. Todos estamos implicados y afectados; también la Iglesia, instituciones y personas individuales que la formamos. Uno de los rasgos en que se manifiesta es precisamente la depreciación de la esperanza que, como una nueva epidemia, va asentándose hasta en los que deberían ser «laboratorios de esperanza». Y percibimos que ni la Iglesia como institución ni cada uno de sus miembros estamos a la altura de la fe que profesamos, ni somos un referente para los demás. En una sociedad necesitada de esperanza es donde los cristianos hemos de «dar razón de nuestra esperanza», a nosotros mismos y a los hombres y mujeres con quienes compartimos esta situación. ¿Cómo celebrar el Adviento en tiempo de crisis? ¿Cómo mirar al mundo con ojos de esperanza? ¿Cómo avivar la llama de la «pequeña esperanza» que se nos apaga? ¿Cómo construir la esperanza enraizados en Jesucristo?
He aquí «Diez consejos prácticos para vivir el Adviento».